La campaña 2023/24 quedará en la historia del FC Barcelona como una de las peores en lo que a solventar la zaga se refiere. Los números de los culés son para el olvido y evidencian el gran problema que ha sido la defensa a lo largo de toda la temporada.
Con 68 goles encajados en 49 partidos, los azulgranas han superado con creces la peor barrera defensiva de los últimos años, que data de la campaña 2012/13 con 70 tantos en 60 duelos. La campaña actual se salda con más goles recibidos que aquella, aunque en menos choques disputados.
Esta fragilidad atrás ha costado caro, pagándose con dolorosas derrotas ante rivales de entidad como el Real Madrid -responsable de la mitad de los tantos recibidos en el Clásico- y eliminaciones europeas tempranas.
Además, el equipo ha sufrido duras goleadas que han dejado en entredicho el funcionamiento colectivo defensivo. Tanto en el Camp Nou como fuera de él, el Barcelona ha encajado algunos resultados humillantes que han dejado en evidencia sus carencias.
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Estos registros sitúan a la zaga azulgrana como la novena más goleada de LaLiga, superada incluso por modestos como Rayo o Mallorca. Un dato alarmante que pone de manifiesto las carencias estructurales que arrastra este departamento del juego.
Se hace imperativo realizar cambios profundos de cara a la próxima temporada con el fin de revertir esta dinámica negativa y volver a erigir los cimientos de un proyecto ganador. La secretaría técnica deberá reforzar una zona clave condenada a mejorar o arriesgarse a otro año en blanco.
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