Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, ha vuelto a caer en la misma trampa que le ha costado caro en el pasado. En la previa del reciente derbi contra el Real Madrid, el Cholo hizo comentarios sobre Brahim Díaz, un jugador que ha demostrado su valía en el equipo merengue. Sin embargo, sus palabras parecieron subestimar al talentoso futbolista, lo que terminó costándole un gol decisivo en el encuentro.
La historia se repite ya que, en el pasado, Simeone había tenido un episodio similar con Casemiro antes de la final de la Champions League en 2016. En aquella ocasión, el técnico argentino mencionó al brasileño en varias opoerunidades, dándole un protagonismo que, a la postre, se tradujo en un rendimiento sobresaliente por parte de Casemiro, quien se convirtió en el mejor jugador del partido.
Esta vez, el foco estaba en Brahim, y el resultado fue el mismo: el jugador respondió con un gran desempeño y un gol que selló la victoria para el Real Madrid.
Durante la rueda de prensa previa al derbi, Simeone expresó sus dudas sobre si Brahim sería titular, sugiriendo que prefería alinear a otros jugadores en el centro del campo.
Esta falta de respeto hacia el futbolista del Madrid no pasó desapercibida, y el hispanomarroquí tomó nota de las palabras del Cholo. En el partido, Brahim no solo fue titular, sino que se erigió como el mejor del encuentro, anotando un golazo que dejó al Atlético en una posición complicada para el partido de vuelta.
La reacción de Brahim tras marcar fue contundente, evidenciando que las palabras de Simeone no le habían pasado desapercibidas. Esta situación ha llevado a muchos a preguntarse si el entrenador del Atlético ha aprendido alguna lección de sus errores pasados.
La expresión “por la boca muere el pez” cobra sentido en este contexto, ya que cada vez que Simeone habla de un jugador del Madrid, parece que termina dándole más motivación para brillar en el campo.
Con el gol de Brahim, el Real Madrid se posiciona favorablemente de cara al partido de vuelta, dejando al Atlético con la necesidad de remontar. La afición merengue celebra el triunfo y la actuación de su jugador, mientras que Simeone se enfrenta a la presión de tener que reconsiderar su enfoque en la preparación de los partidos contra su eterno rival.
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