La situación contractual de Ronald Araújo continúa generando incertidumbre en el seno del FC Barcelona. Pese a su larga recuperación de la rotura de ligamentos sufrida en verano, su posible salida en el mercado invernal no es descartada por los dirigentes culés ante la falta de acuerdo por su renovación.
El robusto zaguero uruguayo finaliza su vínculo en 2026 y, aunque su deseo es continuar defendiendo la camiseta azulgrana, no aceptará cualquier condición. Esta postura de firmeza ha enfriado por el momento las negociaciones, dejando la puerta abierta a un traspaso que alivie la precaria economía blaugrana.
Desde el Camp Nou se maneja con prudencia la cuestión. No se pretende forzar una salida, pero tampoco se cierra la posibilidad de escuchar importantes ofertas en enero y estudiar una venta que contente a todas las partes. La incierta recuperación física de Araújo y su problemática situación contractual agitan su futuro.
Mientras el reloj avanza inexorable, todos los desenlaces permanecen abiertos para uno de los grandes valores emergentes de la zaga blaugrana. Un auténtico muro en el mano a mano que lleva demasiado tiempo lejos de los terrenos de juego y que podría verse obligado a emprender una nueva aventura si las negociaciones no prosperan.
En lo deportivo, la ausencia de Araújo se ha notado en defensa. La dupla Christensen-Eric García no termina de dar la talla buscada. Con el uruguayo, el nivel defensivo era otro. Su regreso sería una inyección anímica, aunque su continuidad penda de un hilo a expensas de lo que suceda en la ventana de transferencias de 2025. ¿Qué será de su destino?
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