La nueva era de Kylian Mbappé como jugador merengue ha comenzado de la mejor manera, causando una grata primera impresión entre sus compañeros y cuerpo técnico. A pesar de sus recientes incorporación, el delantero francés ya se ha ganado los elogios de propios y extraños.
Luego de varios años de coqueteos, el vínculo entre Mbappé y el conjunto blanco se ha consolidado. El campeón del mundo llegó con la ilusión de cumplir sus sueños en este club, y su comienzo no pudo ser más alentador con gol incluido en el título de Supercopa.
Sin embargo, más allá de lo exhibido en cancha, lo que más ha sorprendido han sido sus actitudes fuera de ella. En cuestión de entrenamientos el galo ha cautivado a propios y extraños con su enorme talento y humildad. Su nivel de español ha dejado boquiabiertos a todos.
“Mbappé es un avión, un automóvil de carreras que nos va a dar mucho”, fueron las palabras del entrenador Ancelotti para elogiar su calidad. Y los jugadores coinciden en que gracias a su potencia pisa el acelerador de manera imparable.
Pero lo que más resaltan es su don de gente. Lejos de mostrarse como una estrella diva, se desenvuelve con sencillez y compañerismo. Ha entablado una química espectacular con todos, especialmente los más jóvenes.
Su conexión con Vinícius, Rodrygo y otros ha sido inmediata, intercambiando movimientos y asociaciones como si llevaran años juntos. Se le ve comprometido y alegre por cumplir el sueño de vestir la elástica blanca.
Sin lugar a dudas, su arranque en la “Casa Blanca” ha sido de ensueño. Y con su humildad, talento y hambre de gloria, promete seguir deslumbrando y llevando a lo más alto a esta institución que ahora considera su verdadero hogar.
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