Lucas Vázquez pondrá punto final a una larga etapa vistiendo la camiseta blanca del Real Madrid. Tras varias campañas rindiendo a gran nivel, el gallego podría emprender un nuevo reto lejos de la que ha sido su casa durante más de una década. Su contrato termina en junio y todo apunta a que no será renovado, significando así su adiós a la institución que lo formó como profesional.
El madridismo reconoce la enorme entrega y profesionalidad del futbolista durante todos estos años. Llegado a la cantera merengue en 2007, ha sabido ganarse un puesto en la plantilla tras varias cesiones. Superadas las trescientas presentaciones oficiales, la polivalencia y sacrificio de Vázquez fueron claves en múltiples conquistas, donde supo aportar en los momentos de máxima exigencia.
Pese a su rendimiento constante hasta el último día, en Valdebebas se evalúa realizar una renovación que dé cabida a los juveniles. Con 33 primaveras a cuestas, el madridismo sabe que el mediapunta merece encontrar minutos en otra entidad. Su condición de agente libre en junio abre el abanico a posibles pretendientes en todo el Viejo Continente.
Lucas siempre podrá enorgullecerse de una trayectoria ejemplar, vistiendo solo la camiseta de su ciudad y club desde los inicios. Ahora, su destino está lejos del Santiago Bernabéu, aunque su recuerdo permanecerá imborrable por la huella dejada a base de muchísimo esfuerzo y compromiso con la entidad que lo vio nacer. Una leyenda merengue se despide con derecho a ovación en reconocimiento a su calvario realista.
El mediapunta gallego cierra así un ciclo merengue plagado de títulos. A pesar de que su renovación parece complicada, el madridismo guardará en su memoria a un jugador totalmente implicado durante más de una década. Se merece emprender nuevos retos lejos de Chamartín, pero su amor eterno por la casaca blanca no se desvanecerá jamás. Una leyenda de la entidad dice adiós cumpliendo su sueño.
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