En el césped, el conjunto merengue marcha con paso firme este curso y ostenta un balance inmaculado. No obstante, entre sus filas comenzarían a desencadenarse movimientos que podrían condicionar el desarrollo de la temporada. Así lo avalaría el descontento que estaría generando la falta de continuidad de Rodrygo Goes bajo las órdenes de Carlo Ancelotti.
El habilidoso atacante brasileño, pieza angular la campaña anterior, ha pasado a un rol secundario desde la llegada de Camavinga. Desde el banquillo ha presenciado los últimos tres compromisos de LaLiga y, según Eduardo Inda, en el seno del vestuario blanco hay "molestia" por la situación. "Tiene ofertas del Viejo Continente", señaló el periodista.
Estas declaraciones prenden las alarmas, pues su renovación reciente hasta 2029 no impide que comience a recibir propuestas. A sus 23 años, continuidad e importancia son prioritarias, algo que ciertamente merma cuando observa partidos desde la grada.
El propio Rodrygo dejó entrever su fastidio en anteriores charlas. "A menudo soy el relleno", lamentó al denunciar su rol secundario respecto a otros compañeros. Pese a ello, mantiene el foco en aportar como blanco cumpliendo un sueño. Solo el paso del tiempo dilucidará si su rol cambia o termina decantando una transferencia que agitaría Valdebebas.
Mientras, la dirección deportiva confía ciegamente en su potencial. Lo consideran intransitable, a no ser que él exponga expresamente su deseo de emigrar. Pocos clubes podrían asumir su elevada tasación. Pero un futbolista de su talla no escatimaría esfuerzos para recuperar la relevancia perdida. Un escenario que Ancelotti debería sopesar de no variar su apuesta técnica.
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