Una de las principales incógnitas que deja la llegada de Hansi Flick al banquillo blaugrana es el rol que tendrá Íñigo Martínez la próxima temporada. El central vasco pierde terreno ante la amplia oferta de opciones con las que cuenta el técnico alemán en su zaga.
A sus 33 años, Íñigo no era indiscutido bajo el mando de Xavi y su participación se vio mermada por las lesiones recurrentes. Con Flick, la competencia aumenta aún más para el español, sobre todo teniendo en cuenta la preferencia táctica del nuevo entrenador.
Koundé, Araujo, Christensen, Eric García y por él regreso de jugadores cedidos como Lenglet o la irrupción de Faye, ensanchan el cupo de centrales a disposición del estratega germano. Esto coloca a Íñigo en una situación delicada de cara a ser inscrito otra vez, debido a los límites salariales.
Su intención es quedarse para cumplir su contrato. No obstante, estará supeditado al veredicto de Flick, quien tendrá la última palabra a la hora de conformar su plantilla ideal. Liderazgo y trayectoria no le faltan al vasco, pero otras variables como la edad y opciones alternativas le cierran espacios.
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En los próximos días se dilucidará si el nuevo director técnico blaugrana contará o no con los servicios de un zaguero que siempre se ha manifestado fiel a la causa culé. El reto de Íñigo será convencer al técnico alemán de su utilidad para el nuevo proyecto.
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