El FC Barcelona ha realizado una jugada financiera notable con la reciente transferencia de Nico González al Manchester City. Este movimiento no solo representa un ingreso inmediato para el club catalán, sino que también abre la puerta a futuras oportunidades económicas.
El mediocampista, quien fue vendido al Oporto en el verano de 2023, ha sido adquirido por el equipo inglés por un total de 60 millones de euros, de los cuales 24 millones ingresarán directamente a las arcas del Barcelona.
La estrategia del club se basa en la reserva de un 40% de la plusvalía en caso de una futura venta, lo que significa que, además de los ingresos inmediatos, el Barcelona podría beneficiarse de cualquier transacción futura relacionada con González.
Esta maniobra demuestra la astucia de la dirección deportiva del club, que ha sabido aprovechar al máximo las oportunidades en el mercado de fichajes.
Sin embargo, el negocio no termina aquí. El Oporto está buscando un reemplazo para González y ha puesto su mirada en Pablo Torre, un mediocampista que actualmente forma parte del Barcelona. Torre, quien ha tenido dificultades para consolidarse en el equipo, podría ser la siguiente pieza en este rompecabezas financiero.
El club portugués está considerando pagar una cifra similar a la que abonó por González, es decir, alrededor de 8,5 millones de euros. Sin embargo, se espera que el Barcelona pida entre 12 y 15 millones por Torre, dado su potencial y las expectativas que se tienen sobre él.
Además, se está considerando la posibilidad de que el Barcelona se reserve un porcentaje de la futura venta de Torre, similar al acuerdo alcanzado con González. Esta estrategia podría generar más ingresos para el club en el futuro y consolidar aún más su posición financiera.
La relación entre el Barcelona y el Oporto se ha fortalecido a través de estos movimientos, y ambos clubes parecen beneficiarse de esta dinámica. Mientras tanto, el entrenador del Barcelona, Hansi Flick, tiene la tarea de dar más minutos a Torre para aumentar su valor en el mercado. Un rendimiento destacado podría facilitar su salida y, a su vez, beneficiar las cuentas del club.
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